lunes, 17 de marzo de 2008

Premonición

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estas cosas tienen una explicación más sencilla de lo que se pueda usted imaginar, señor editor.

1. Es más barato traducir 30 palabras que 500.

2. Es aún más barato encargarle el trabajo a una empresa traductora incompetente con precios populares.

3. Los inútiles de la empresa traductora reciben las dos líneas de texto que tienen que traducir.

4. El trujamán encargado del trabajo, primus stultus inter pares, devuelve la traducción hecha y, comienza el problema, la acompaña del texto original.

5. El jefe de proyecto, verdadero artífice del desaguisado, envía al cliente el archivo con la traducción y el texto original. Seguramente no se ha molestado en abrir el archivo y revisarlo.

6. El cliente ha encargado un trabajo y, perpetuación del error, da por hecho que se ha realizado correctamente, por lo que introduce como aviso el texto debería haberse limitado a ser una traducción.

7. Si has leído hasta aquí, ya tienes mérito. Yo no lo hubiera hecho.