Durante la pasada madrugada han sido detenidos varios profesores de universidades españolas envueltos en una red de trata de becarios. Según informan fuentes de la guardia civil, estos profesores atraían a alumnos de universidad de últimos cursos a sus respectivos departamentos y laboratorios bajo la promesa de una jornada laboral semanal de 35 horas, ampliar sus conocimientos, descansos de 20 minutos para desayunar y merendar y un horario flexible, además, por supuesto, de un sueldo digno.
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Becario incautado más veterano, tras más de 20 años
narraba que había que era afortunado porque hubo un mes en
el que cobró 362 euros y una dieta de 1.80 euros |
En cambio, según narra uno de los becarios incauntados durante la operación, la realidad era otra,
"el horario era muy flexible, ¡y tanto!, algunos días trabajábamos 20 horas consecutivas y otros 23". "Claro que teníamos descansos, en los que teníamos que hacer café al maestro o prepararle sus clases". Sobre los contratos añade que
"siempre nos decían que nos iban a contratar el mes que viene, que no nos preocupásemos, que nos darían todo lo acumulado, pero después llegaba el fin de mes y nada, ni pa un bollicao". Terribles son sus palabras sobre su cautiverio,
"no podías escapar, nos tenían atados a las mesas de trabajo, y había otro becario, llamado el afortunado, que se encargaba de recoger nuestras necesidades, que depositábamos en un cubo junto a la mesa". Ante estas palabras, se le preguntó por qué ese becario era llamado
el afortunado, a lo que respondió, causándonos pavor, que
"era el único que no estaba atado y podía andar, un enchufado, seguro".
Los profesores detenidos han declarado que "¿qué explotación ni qué explotación? Les dábamos cariño, cobijo, conocimiento, eso vale más que cualquier derecho humano". El ministro de educación, Ángel Gabilondo, ha declarado "no saber nada, ah, y de este tema tampoco".
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