jueves, 19 de junio de 2008

"Puede que nuestro papel en este planeta no sea alabar a Dios sino crearlo".

La frase, que no deja de tener su miga, es del británico Arthur C. Clarke. Quizá muchos de vosotros lo conocéis por haber sido el escritor, en 1968, de 2001: Una odisea espacial. Pero fue algo más que un tonto juntaletras. Fue un científico que ayudó a desarrollar sistemas de navegación espacial; de hecho, hay una órbita que lleva su nombre.

Además de invitaros a que volváis a ver la película de Kubrick, os dejo sus tres leyes, no tan famosas como las de la robótica, pero que también sirven:

  1. Cuando un anciano y distinguido científico afirma que algo es posible, probablemente está en lo correcto. Cuando afirma que algo es imposible, probablemente está equivocado.
  2. La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse hacia lo imposible.
  3. Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.

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