lunes, 11 de agosto de 2008

Caótico teológico


A pesar de que sois, en el 90%, ebrios y patanes, también sé que sois sabios. Por eso sabéis la movida esa del Kosher, esto es, de lo que pueden comer o no los judíos.

La verdad es que a mí me parece una de las razones por las que no creer en dios. un ser que se dice a sí mismo superior (como Aída Nízar) no debería ser tan tiquismiquis con lo que sus creaciones, circuncisas o no, comen o dejan de comer. El caso, sabéis que los judíos no pueden comer leche con carne (no pueden siquiera emplear el mismo plato para ambos alimentos). Según recoge el Levítico y el Deuteronomio, sólo se pueden comer del mar los animales con aletas y escamas, y de la tierra los rumiantes de casco partido y pezuña hendida. Se prohíben los insectos (aunque hay discusión con las langostas9 y los reptiles.

Las supersticiones están mal, sean de la religión que sean. Incluso esa del capitalismo que dice que es peligroso hablar por el móvil en las gasolineras. Pero he encontrado una explicación a lo de la prohibición del cerdo del atropólogo Marvin Harris que quería compartir con vosotros:

Se basa en el componente económico. En los países de suelo árido, criar cerdos es muy costoso. Como no hay bosques con bellotas, necesitan de alimentos que pueden servir a los humanos y, por tanto, son competencia alimenticia para ellos. Del mismo modo, no son animales de tiro ni proporcionan leche, amén de que son indóciles. Por esto, una región que criase cerdos estaba hipotecada, de ahí que las autoridades tratasen de educar a la población con la archiconocida fórmula de que Dios no lo quería.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, como los indios con las vacas... por cierto una pregunta, ¿dios se puede comer un nabo?

Latorre dijo...

Dios, como personaje de ficción que es, puede hacer lo que quiera. Sólo hay que ver El Caballero oscuro.