viernes, 12 de diciembre de 2008

Grecolocadas

Siempre me gustaron los mitos griegos, como la reina Sofía. De los mejores es el de Casandra.

Casandra, en fin, fingió amar a Apolo para conseguir el don de la profecía pero, una vez obtenido, se olvidó de él. Y, claro, joder a los dioses es como joder a Robert de Niro en una película, que al final te lamentas. Pues Apolo, que para eso era el dios del sol y no un funcionario cutre como el arcángel San Gabriel, le escupió a Casandra en la boca, de tal suerte que, aunque mantenía su don, tenía que compaginarlo con la maldición de que nadie le creyera.

Casandra veía el futuro, y vaticinó la caída de la ciudad de Troya y la muerte del rey Agamenón, pero nadie la creyó y, sus contemporáneos, la llamaban loca. 

Igual los periodistas somos algo casandras. O, más bien, somos los que le gritamos loca.

1 comentario:

Maribel dijo...

"Creo en ti, Casandra, no estás loca; se besaron y en su boca florecieron madreselvas.
Dulce Casandra, ponte de pie,
yo te he conocido antes,
quizá te soñé..."

Inevitable no acordarme de la canción de Isamel, que por cierto ayer cantó en mi tierra, hubiera dado cualquier cosa por estar allí y más el día del cumple de mi peque".

A veces los periodistas somos un poco Casandras, pero creo q eso es ya darnos demasiada importancia. Y también gritamos "loca" a más de una y uno.

Pero sobre todo, somo terroristas...