Sin embargo, entre los más delectantes está sin duda el que tenemos consagrado a los peces teleósteos y a la higiene personal: Bob Esponja.
Todo buen sindicalista adora a esta divinidad, difundida en la Europa Occidental merced a la televisión. Boicotea el sistema desde dentro, ironizando sobre el sistema de producción capitalista desde una tienda de comida rápida que, con apariciencia de comercio tradicional, explota inmisericorde a sus empleados. Su productividad artesanal supone la lucha entre un yo en expansión y un ello alienante.
Luego está su fiel amigo, Patricio, una especie de Virgen María con forma de estrella que no huyó de la misión que tenía encomendada, salvo que a él se la anunciaron dentro de una piña. El antagonista, cuyo nombre inspira pavor, Calamardo, representa la sumisión al sistema y es anatema para el buen creyente izquierdista. Dicen que si alguien dice su nombre tres veces delante de un espejo una noche de luna llena consigue un empleo en una ETT como enlace entre las empresas y los aspirantes. Terrorífico.
PD: La imagen representa La pasión de Bob, y recrea su calvario cuando iba a comprarle un regalo a su primo Stanley y se dio cuenta de que no tenía dinero.
5 comentarios:
Bob es descendiente directo de Alfredo Landa
"no tenno dinero...".....
Tuku, blasfema!
pues no terminé el comentario por miedo a la censura!!
Estoy totalmente en contra de Bob Esponja por su mensaje oculto.
Es un medio de adoctrinamiento de las futuras clases trabajadoras.
Desde pequeños los niños están asumiendo que van a ser explotados en un trabajo de mierda y que deben dejarse pisotear por un jefe incompetente.
Solo hay que leer entrelineas para darse cuenta del borreguismo que predica cualquier episodio de Bob Esponja.
Todos los episodios están delicadamente creados para alienar a toda una generación. Es una gran herramientas de un sistema capitalista que no solo nos explota día a día, si no que nos dicta cuales son nuestras bases éticas y morales.
Por una sociedad libre: "Fuera Bob Esponja".
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